2.2.10

Ojos y oídos, cuídalos en verano

El sol, el agua del mar, el cloro de las piscinas... pueden dañar a estos órganos. Te damos las claves para protegerlos.

Los ojos pueden sufrir mucho en verano. En estas fechas de gran luminosidad conviene no olvidar la protección adecuada. Además, el sol, la sal del mar y el cloro de las piscinas los dañan.

El ojo, para proteger la retina, tiene una absorción selectiva (sólo llega la radiación visible y una pequeña parte de infrarrojos). Las radiaciones son acumulativas y una larga exposición puede lesionar la zona central de la retina, lo que se conoce como degeneración macular senil. Hay una serie de circunstancias que potencian el efecto de las radiaciones: medicamentos fotosensibles, antidepresivos, barbitúricos…

Para protegerlos, toma precauciones y usa gafas homologadas que filtren las radiaciones ultravioleta. Haz que tus hijos también las usen.

Utilizar unas gafas oscuras malas puede ser peor que no llevarlas, ya que, al oscurecer el entorno, la mecánica del ojo hace que se dilate la pupila, por lo que hay una mayor incidencia de las radiaciones. Con unas gafas sin garantía, el sol daña más que sin ellas.
De los catorce millones de gafas de sol que se venden al año en España casi nueve se venden en el “top manta”.

La conjuntivitis

Es muy frecuente la que se contagia en las piscinas.
Puede estar provocada por virus que no se destruyen con el cloro. El ojo sufre lagrimeo, picor e intolerancia a la luz. Incluso puede aparecer fiebre. Desaparece en pocos días y los antibióticos no tienen efectividad. A veces, las conjuntivitis se manifiestan con secreción purulenta.

Consejos útiles para combatirla:

•No tocarse los ojos.
•Extremar la limpieza de las manos antes de tocarlos.
•Usar pañuelos de papel.
•No automedicarse.
•Consultar al médico; un ojo enrojecido puede no ser conjuntivitis.
•Limpiar los ojos con agua hervida con manzanilla desde las mañanas cuantas veces sea necesario –es aconsejable un mínimo de cuatro veces–.

Garganta y oídos

Por regla general la infección en el oído medio se produce por agentes que llegan de la garganta hasta el oído a través de la trompa de Eustaquio.

Puede tener una curación espontánea o pasar a supurar. Como la salida del oído está guardada por el tímpano y la trompa de Eustaquio está cerrada por la inflamación, esa sustancia no puede salir y el oído se hincha. El líquido acaba rompiendo la membrana y saliendo al exterior.

•Los síntomas son fiebre y dolor pronunciado.
•Hay que ir a un especialista porque puede dejar secuelas –zumbido de oídos o sordera–.
•La causa más frecuente de la otitis externa está en sitios cuyo denominador común es el agua.
•Los antibióticos son el tratamiento que los médicos dicen utilizar con mayor frecuencia.

Fuente: www.diezminutos.es

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