15.2.10

Ojos rojos, ¡peligro!



La inflamación de la capa más externa del ojo, la común conjuntivitis, suele ser debida a una alergia, una infección o una simple irritación. Es una afección que suele ser leve, pero que conviene ser tratada cuanto antes porque puede ocultar otros problemas más graves.

La conjuntivitis puede afectar todos los grupos de edades, pero en gran medida a los niños. Consiste en una inflamación de la capa más externa del ojo, la conjuntiva, y su origen puede ser básicamente irritativo, alérgico o infeccioso. Lo normal es que en pocos días desaparezca y nuestra vista recupere el estado normal, pero es conveniente tratarla lo antes posible, sobre todo en los infantes, para evitar males mayores posteriores.
Además de estas tres causas básicas, existen otras menos frecuentes aunque más preocupantes, como la conjuntivitis provocada por hongos, parásitos o por la exposición a productos químicos.
Determinadas enfermedades graves, como el tracoma que se registra habitualmente en ámbitos de extrema pobreza, provocan conjuntivitis permanente en el paciente, que corre además el riesgo de perder la vista como consecuencia de esta enfermedad provocada por una bacteria.
Asimismo, la conjuntivitis es uno de los síntomas principales de la clamidia, enfermedad de transmisión sexual que se da en personas que han tenido numerosas parejas.
El proceso, que no dura habitualmente más de dos semanas, se inicia con molestias y picores en los ojos. Por instinto, el afectado se restriega los párpados, lo cual acentúa el problema en vez de aliviarlo y los globos oculares empiezan a enrojecerse. Después aparecen secreciones en forma de legañas que, en algunos casos, resultan tan espesas que amanece con las pestañas pegadas.
Como el conducto lacrimal se comunica con la nariz, y a su vez ésta con el oído, en el caso de los bebés con conjuntivitis es muy común que sufran. Al tiempo, de otitis por lo que es recomendable acudir al pediatra para que dictamine el tratamiento más adecuado.
Alergia ambiental
El origen alérgico de la conjuntivitis tiene una gran incidencia en la vida actual. No debemos olvidar que, según un estudio presentado en mayo de 2008 en Sevilla por la Sociedad Andaluza de Alergología, las alergias afectan ya a un 25 por ciento de la población urbana y a un 15 por ciento de la rural, por lo que constituyen una de las epidemias del siglo XXI, y advierten de que la mitad de la población sufrirá alergias en unos quince años.
De acuerdo con el documento, el aumento y agravamiento de las alergias se debe a múltiples factores, como el tabaquismo, la contaminación por ozono -gas oxidante que daña las mucosas de las vías respiratorias- o las emisiones por combustión de gasóleo.
Los expertos advierten, por otra parte, de que la alergia no debe confundirse con algunos de sus síntomas, como los estornudos o la congestión nasal, y rechazan que se la trate de forma "simplista", pues tras muchas conjuntivitis o rinitis pueden esconderse patologías más severas, como el asma.
Lentillas y gafas de sol
Otras causas habituales de conjuntivitis pueden estar relacionadas con el uso habitual de lentes de contacto, o lentillas, y el uso inadecuado de gafas de sol.
A muchas personas las lentillas les provoca, tarde o temprano lo que los oftalmólogos denominan "ojo rojo agudo por lente de contacto" o "síndrome de la lente apretada". Esta patología no ha remitido con la sustitución hace unos veinte años de las lentillas permanentes por las desechables por lo que muchos afectados se han visto obligados a volver a usar lentes.
Por otro lado, más de la mitad de las gafas de sol que se venden actualmente en España no superan los controles sanitarios necesarios y pueden dañar severamente la visión, según ha advertido el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas.
Las gafas de sol compradas en establecimientos no autorizados y canales de venta ilegales no han pasado ningún control de calidad, ni óptico ni sanitario, lo que puede perjudicar "extraordinariamente la visión con diversas afecciones como queratoconjuntivitis, queratitis y cataratas prematuras", explica este colegio profesional en un memorando de abril de 2008.
Los ópticos consideran que comprar unas buenas gafas de sol en una óptica o en centros autorizados garantiza la calidad del producto; pero no se puede decir lo mismo de los bazares y puestos ambulantes, donde las gafas no cumplen con la normativa de la Unión Europea al respecto y carecen de los filtros protectores adecuados.
Según el decano del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez, "la radiación solar puede causar serios daños, incluso permanentes, a la salud ocular, por eso es necesario usar siempre gafas de sol adquiridas en establecimientos sanitarios de óptica y que absorban el cien por cien de la radiación ultravioleta".
Nadie es inmune a las lesiones oculares, pero preferentemente los menores de 16 años -cuyos ojos aún no están totalmente desarrollados- y las personas con degeneración macular asociada a la edad, principios de cataratas, retinosis pigmentaria, albinismo o intervenidas quirúrgicamente de cataratas, deben evitar en todo momento exponerse a la luz solar sin la protección adecuada.
Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas han advertido de que en los últimos años han aumentado patologías como las cataratas, la conjuntivitis y la fotofobia (hipersensibilidad a la luz), causadas por el empleo de gafas de sol de baja calidad.
Estas dolencias pueden estar asociadas a alteraciones graves en la córnea o en la retina que pueden ocasionar la aparición prematura de ciertas enfermedades oculares o incluso una progresiva pérdida de visión.
Prevención y tratamiento
La conjuntivitis común es relativamente fácil de prevenir y de tratar. Basta con una buena higiene para evitar que se produzca en muchos casos. Las recomendaciones del Colegio Oficial de Oftalmólogos de España pasan por "evitar tocarse los ojos con las manos, lavarse las manos con frecuencia, cambiar las fundas de las almohadas al menos una vez cada ocho días, no compartir toallas ni pañuelos y, en el caso de las mujeres, no compartir los cosméticos para los ojos".
No debe olvidarse que la conjuntivitis es infecciosa y el contagio se puede producir por contacto, ya sea directo o indirecto, con las secreciones del ojo afectado.
La primera fase del tratamiento homologado de esta afección según el Colegio Oficial de Oftalmólogos de España, consiste en la limpieza de los ojos con compresas desechables empapadas en agua fría o tibia, suero estéril o alguna de las soluciones específicas que se venden en farmacias.
El tratamiento médico que suelen recetar los especialistas consiste básicamente en gotas de colirio, entre cuatro y seis veces al día, complementada con pomadas o geles antibióticos específicas, extendidos en la zona un para de veces cada 24 horas.

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