27.11.10

Tratamiento de la miopía

En función del grado de alteración visual (número de dioptrías), edad, enfermedades concomitantes o, simplemente, interés del paciente, existen diversos tratamientos, tanto paliativos como definitivos.


Empleo de gafas


Se pueden utilizar a cualquier edad y su precio es asequible. Son un tratamiento paliativo (su uso no cura la alteración, sino que la contrarresta). No son adecuadas en determinados trabajos ni en ambientes húmedos, debido a que se empañan. Los cristales se rompen fácilmente si se golpean, pero se han desarrollado cristales orgánicos más resistentes. Se emplean lentes divergentes.


Lentes de contacto


Resultan más cómodas al ir adheridas a la superficie del ojo. Proporcionan mejor visión lateral que las gafas. Precisan unas condiciones de cuidado y conservación para evitar su deterioro y que se produzcan daños en los ojos durante su empleo (arañazo de la córnea, infección, etc.). Generalmente, no se pueden utilizar más de 24 horas consecutivas ni mientras se duerme, variando el tiempo máximo de uso continuado en función de la situación ocular del paciente (grado de lubricación lacrimal, sensibilidad del ojo, etc.) y del tipo de lentilla. Suelen provocar un ligero aumento de la sensibilidad del paciente a la intensidad de la luz solar. Todas las lentillas deben ser desechadas y sustituidas por otras nuevas, con distinta periodicidad, dependiendo del tipo de lentilla.


Ortoqueratología (ORTO-K)


Es un tipo de técnica correctora que consiste en el empleo de un tipo especial de lentillas durante el sueño que alteran la forma de la córnea. Al ser retiradas por la mañana la alteración morfológica permanece durante un tiempo no superior a 72 horas, lo que permite al paciente poder ver de forma correcta sin necesidad de gafas o lentillas. Esta técnica solo se puede emplear con pacientes que tengan, como máximo, 6 dioptrías.


Cirugía refractiva


LASIK: se trata de un proceso de microoperación ocular en el cual, con un microtomo, se secciona una pequeña lámina de tejido corneal externo y se retira. Posteriormente, con una técnica de modificación con luz ultravioleta se remodela la geometría del tejido corneal hasta adecuarlo para que no se ocasione la difracción de la luz que provoca miopía. La lámina que fue retirada se vuelve a colocar sin necesidad de sutura. El proceso suele precisar un tiempo de intervención de 15 minutos por ojo, con anestesia local, y sin hospitalización previa ni posterior del paciente. El postoperatorio suele conllevar visión borrosa y sensibilidad lumínica, que remiten con el tiempo.
PRK: se elimina, empleando un microláser, una capa externa de la córnea, lo que deja la superficie más plana (los miopes suelen tener la superficie de la córnea deformada). Cuantas más dioptrías tenga el paciente mayor será la superficie externa a seccionar. Es un proceso más doloroso que la técnica LASIK, y precisa un postoperatorio más prolongado.
Queratotomía radial: consiste en una consecución de pequeños cortes en la córnea que reducen su curvatura. Se trata de un procedimiento obsoleto mejorado por otras técnicas más actuales.
Riesgos de la cirugía refractiva: en general todas las técnicas quirúrgicas oculares pueden cursar con sensación de incomodidad y lagrimeo durante las horas posteriores a la intervención, pudiendo existir fotofobia y sequedad ocular hasta 6 meses después de la cirugía. Las posibles complicaciones de las intervenciones quirúrgicas oculares son:


Desprendimiento de la retina.
Visión de halos alrededor de las luces.
Hipermetropía. Sería el efecto “rebote”. El paciente no ve correctamente los objetos que se encuentran cercanos por formación de la imagen “detrás” de la retina.
Perduración de la miopía. Aunque el paciente tiene menos dioptrías, no logra ver perfectamente los objetos lejanos.
Perforación de la córnea.
Aumento de la presión intraocular con aparición de glaucoma.
Infección de la úlcera (herida) de la córnea.


Fuente: webconsultas.com

No hay comentarios.: