Esta entrada puede aburrir a físicos y estudiantes de carreras de ciencias (el contenido antimagufo es sumamente básico). Pero a veces me veo obligado a escribir trivialidades y banalidades, sólo con el fin de dejar claro algún concepto. Lo interesante para ellos está al final.
Para los físicos (que son los que han descubierto, estudiado y definido estos conceptos), decir microondas es decir luz, o radiación electromagnética. La luz visible y la microonda comparten algo: son -en esencia- lo mismo. Son ondas electromagnéticas, campos eléctricos y magnéticos que se propagan, variando sus amplitudes en el espacio y el tiempo. La diferencia entre ambas está en la longitud de onda, magnitud que caracteriza a cada franja del espectro electromagnético.
En muchas ocasiones habrás oído que las microondas son energéticas. ¿Energéticas con respecto a qué? Cualquier onda es portadora de energía, de hecho, una de las definiciones de onda se basa en esta magnitud. Sin embargo, no son más energéticas que la luz visible, la que te sirve para ver. De hecho, son menos energéticas que ésta. Las microondas portan una energía parecida a las ondas de radio. Podemos ir más lejos, la radiación ultravioleta es más energética que la luz visible y, por ende, que la microonda.
Todo esto viene a que las personas que desconocen el sencillo funcionamiento de un microondas insisten en ver algo malo en sus profundidades (es como no saber cómo se usa un cuchillo, en ese caso es muy malo). Ya he hablado por aquí insistentenmente del argumento ad ignorantiam. No voy a dar una clase de cátedra, ni nada por el estilo, sólo quiero recalcar dónde suele estar el error en cualquier planteamiento con respecto al microondas:
Se confunden los efectos del MICROONDAS con los efectos del CALOR.
Cuando la comida calentada en el horno microondas es dañina por alguna razón, no se debe a las microondas, sino al calor que se ha transferido. Una vez alguien me dijo que probó que el agua calentada en el microondas hacía que sus plantas muriesen. Esa persona no esperaba a que el agua se enfriase: habría obtenido el mismo resultado con algua calentada en una cacerola. Entender esto (MUY BÁSICO) nos da la clave para no tenerle miedo a un aparato que te hace la vida más sencilla. Entender esto es la consigna para vivir en un mundo en el que la tecnología evoluciona más rápido que el entendimiento.
Y ahí quería llegar: los avances científicos va a un ritmo mucho más elevado que nuestros propios cerebros. ¿Permanece nuestro cerebro en el mismo punto evolutivo que hace 50000 años? ¿Nacerán los bebés adaptados a ver el mundo en términos de la relatividad especial? Evoluciona el mundo tecnológico que nos rodea, porque hay científicos y humanistas brillantes, ¿pero evolucionan las mentes del grueso de la población?
Está cambiando. El mundo está cambiando. Parece que la evolución humana está parada. Hay palabras que dan miedo porque no se entienden y, por supuesto, porque no tenemos tiempo para entenderlas. ¿Qué pasarán en el futuro con las personas que sepan adaptarse a los cambios? Vivirán bajo el pesado yugo del síndrome del complot.
Fuente: www.cienciaxxi.com
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