10.8.10

Test inverso de daltonismo

Curvas de absorción de los pigmentos 
de la visión human. La rodopsina es el 
pigmento de los bastones de la retina 
y son responsables de la sensibilidad 
en blanco y negro para bajos 
niveles de iluminación.


Diseñan un test de percepción de color que superan las personas que tienen una variante abundante, aunque leve, de daltonismo y que no pasan las personas “normales”.
Tal vez a usted le hayan hecho alguna vez la típica prueba de detección de daltonismo y no la ha pasado. Hay muchos tipos de personas con problemas en la percepción de los colores, desde aquellos que no ven colores en absoluto a aquellos que simplemente ven un poco diferente. A muchas de estas alteraciones se les denomina discromatopsia de manera general.
La sensibilidad a los colores básicos depende de los conos que hay en nuestras retinas. Hay tres tipos de conos que son sensibles respectivamente al rojo, verde y azul. Pero no tienen una sensibilidad uniforme frente a todas las frecuencias de su gama, sino que presentan unas curvas de sensibilidad (ver gráfico) que se cruzan entre ellas, cubriendo al final cualquier longitud de onda del espectro visible. También hay bastones que son los responsables de la visión con baja intensidad luminosa y que no proporcionan visión en color, aunque su máximo de sensibilidad está centrado en el verde.
Los pigmentos fotosensibles encargados de actuar frente a los fotones de luz son proteínas cuyos genes pueden presentar variaciones y mutaciones. Si estos pigmentos proceden de genes mutados entonces presentarán una absorción de luz diferente a la usual.
Las personas que son tricomatas perciben todos los colores de manera estándar y representan la mayoría de la población, pero un 5% (en su mayoría varones) o más de la población son tricomatos anómalos un tanto especiales, concretamente deuteranómalas. En ellos la proteína encargada de la sensibilidad al verde se da en una variedad tal que presenta una respuesta que está un poco desplazada hacia el rojo (ver segundo gráfico). Algunos de ellos pasan toda su vida sin darse cuenta de su condición porque la diferencia en la percepción a los colores que presentan es bastante sutil, aunque puede ponerse de manifiesto con test especiales diseñados para tal fin.
El resto de las personas presentan alteraciones en la visión en color más raras y pueden sufrir en casos severos de una fuerte confusión en la percepción de los colores.

En la discromatopsia más común la 
sensibilidad al verde esta corrida un 
poco hacia el rojo.
Debido a la dictadura de las mayorías se ha presentado la percepción a los colores mayoritaria como “normal” y a las demás como “anómalas”. Se han diseñado test, como el típico de Ishihara, para detectar a las personas con este “problema”, incapacitándolas incluso para ejercer ciertas profesiones en algunas legislaciones si no superaban el test.
Pero una prevalencia del 5% de deuteroanómalos es muy alta para considerarse algo realmente negativo. Esta variante genética habría desaparecido hace tiempo o bajado a unos porcentajes mucho más bajos si realmente significara un problema o una desventaja adaptativa.
Se ha propuesto recientemente que esta característica podría haber dotado a nuestros antepasados de una mejor habilidad, una ventaja a la hora de distinguir frutos, y ésta sería la razón de su prevalencia actual.
Pero la dificultad o incapacidad de no ver las figuras ocultas del test de Ishihara produce cierta frustración entre los que poseen esta característica. Una sensación de estar perdiéndose algo. Obviamente estos test están pensados para que las personas “normales” los pasen cuando ven las mencionadas figuras embebidas y para que las demás personas no los superen al no verlas.
Pero ver diferente no significa necesariamente ver peor. ¿Se podrían diseñar un test que las personas deuteranómalas superen sin problemas mientras que los tricomatos “normales” no?
Esta web se puso en contacto hace tiempo con Gabriele Jordan, autora de un trabajo sobre este tema para intentar conseguir, sin éxito, unos test desarrollados en su laboratorio que medían precisamente esto.
Afortunadamente ha habido otras personas interesadas por el tema que se han molestado en elaborar un test muy sencillo que consta de sólo dos imágenes coloreadas, pero que sirven para el mismo fin, y nos permite ilustrar la idea que acabamos de plantear.
Estas imágenes no dicen nada a un tricomato “normal”, pero en ellas algunos tricomatos anómalos ven claramente unas figuras embebidas.
La primera imagen presenta una gama degradada de colores. Si no es capaz de ver una figura en el interior es que es tricomato normal, si ve la figura significa que es tricomato anómalo. El tricomato anómalo verá además la figura oculta sin ninguna dificultad.

Si no lo ve puede comprobar la solución.
Esta segunda imagen se parece algo más a las típicas imágenes del test de Ishihara y también presenta una figura oculta a los ojos de los tricomatos normales. ¿Puede decir de qué figura se trata?


Si no lo ve puede comprobar la solución.
Obviamente este test no sirve para aquellos que padezcan casos severos de daltonismo o que tengan otras variedades más raras de discromatopsia. Los individuos dicromáticos sólo tienen sensibilidad a dos colores básicos y les es imposible distinguir ciertos colores. Los individuos con acromatopsia no distinguen colores en absoluto y ven en blanco y negro.

Si es tricomato normal ahora sabe que hay otras personas capaces de distinguir unos tonos de color que usted no es capaz de ver. Si es tricomato anómalo con deuteranomalía ya no se sentirá tan frustrado cuando no supere los test de Ishihara. Sabe que están diseñados precisamente para que usted no los pase. No verá lo “normal”, pero a cambio distingue unos tonos de color que la mayoría de la gente no ve.

¿Consigue usted, estimado lector, ver las figuras? ¿Y leer el siguiente texto?


Fuente: neofronteras.com

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